Si te interesa el desarrollo de software y estás pensando en estudiar programación, o te estás formando actualmente como técnico superior en programación en Teclab, de seguro ya habrás escuchado hablar de las plataformas de desarrollo de código bajo (low code). Estas soluciones lograron impacto y actualmente están teniendo bastante prensa, ya que facilitan un desarrollo más veloz de aplicaciones, en un momento en que las empresas necesitan lanzar nuevas funciones y servicios en sus entornos digitales con gran rapidez, para ofrecer mejores experiencias a sus clientes.
Estas plataformas se distinguen por permitir que los “desarrolladores ciudadanos”, es decir, que las personas con experiencia en el negocio pero sin conocimientos de codificación abordan algunas tareas de desarrollo de software. Esto es posible gracias a los elementos preconfigurados (herramientas de “arrastrar y soltar”) y las interfaces visuales que manejan estas plataformas. O sea que el concepto de código bajo implica el reemplazo de la escritura de líneas de código y sintaxis por el modelado visual. Algunas de las más conocidas son Wix y WordPress para usuarios finales, y dentro del mercado empresarial una de las más utilizadas es Salesforce.
Por otro lado, estas plataformas también pueden permitir que los desarrolladores entrenados logren mejorar su productividad, ya que les ayuda a disminuir el trabajo repetitivo y a tener rápidamente un mínimo producto viable frente a los clientes potenciales.
Recursos que suman
Las herramientas de código bajo simplifican el proceso de diseño y permiten a los desarrolladores conectarse fácilmente a múltiples fuentes de datos. Y también optimizan la colaboración.
El código bajo no disminuye el valor o la importancia de los desarrolladores de software, ni los reemplazará. Por el contrario, les permite crear valor más rápidamente, centrándose en experiencias de usuario de alto nivel, en lugar de atascarse en tareas técnicas que podrían automatizarse. Es decir que les ofrece más oportunidades para centrarse en el trabajo innovador y de misión crítica.
En tal sentido, todas las investigaciones sobre los trabajos del futuro señalan que las plataformas de código bajo “no le quitarán trabajos a los desarrolladores de software. Pero es probable que tengan impacto en la forma en que trabajan estos profesionales”.
No hay reemplazo
La consultora Gartner predijo que para 2025 “el 70% de las aplicaciones desarrolladas por las empresas usarán tecnologías de código bajo o sin código, frente a menos del 25% en 2020”. Pero esto no quiere decir que el código bajo vaya a reemplazar al desarrollo tradicional: de hecho “muchos desarrolladores están aprendiendo a combinar los dos, utilizando código bajo para manejar tareas reiterativas”.
Las plataformas low-code tienen limitaciones a nivel de la personalización. Por ejemplo, no permiten una flexibilidad avanzada en cuanto a las funciones que se pueden agregar y los patrones que puede establecer, y lo mismo sucede con cuestiones relacionadas con el rendimiento y su integración con otros software. De todos modos, pueden ser útiles para resolver tareas básicas de desarrollo de aplicaciones, aunque siempre se necesitará el soporte de programadores preparados para supervisar los resultados y garantizar la alineación con los estándares de TI de la empresa.
Al estudiar la carrera de Técnico Superior en Programación en Teclab podrás investigar estas y otras características del low-code, junto a docentes especializados.